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Señor Presidente:

Ante la grave situación que están pasando en Paraguay los presos y perseguidos políticos, desde marzo del 99; fecha en que se instauró el gobierno paraguayo actual, apelo a su buena voluntad para el logro de la pacificación del país y el cese de persecuciones injustas, resultantes de ocasionales rencillas políticas.

Es bien sabido que se han violentado los derechos de los procesados en los diferentes casos políticos judicializados y a la vez casos judiciales politizados, haciendo caso omiso de las disposiciones constitucionales y pactos internacionales a favor del respeto de los derechos humanos; y lo siguen haciendo, al mostrarse indiferente a las innumerables denuncias de graves violaciones, especialmente de los presos y perseguidos políticos; llegando al colmo de implantarse nuevamente los más aberrantes de los atropellos a los derechos, como son la tortura, la ejecución, la delación, las detenciones arbitrarias y los allanamientos violentos.

Lamento que los torturados, presos y perseguidos de la dictadura de Stroessner, sean hoy quienes se abracen y asocien a sus verdugos de entonces y permanezcan indiferentes ante las denuncias que realizan quienes sufren arbitrariedad e injusticia, llegando al colmo de manifestar que actualmente no existen presos ni perseguidos políticos, que todos son "delincuentes comunes". Lo que me lleva a pensar que por un cargo y un salario jugoso han vendido sus conciencias a quienes acusaron una década atrás de ser sus verdugos, para hacer hoy un frente común, contra quienes valientemente los liberaron de la dictadura del Gral.Stroessner.

También es de público conocimiento que jamás se pronunció contra las graves violaciones cometidas a partir de la instauración de su mandato, aún cuando existen muchas denuncias y querellas instauradas en el Poder Judicial, contra varios exponentes gubernamentales, especialmente contra el actual Ministro de Obras Públicas (ex Ministro del Interior), Escribano Walter Bower, acusado de tortura, al igual que ordenar, presenciar y llevar a cabo personalmente, esta aberrante práctica, propia de bestias.

Por todo lo expuesto precedentemente, le solicito:

1. El cese de la persecución política.
2. Observancia del debido proceso.
3. Cese de la presión política a los jueces, fiscales y demás integrantes del Poder Judicial.
4. Libertad de los presos y perseguidos políticos.
5. Pacificación del país.

Esperando encontrar eco favorable a mi solicitud, le saludo atentamente.

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